2008, ISBN: 8489213070

[EAN: 9788489213074], Nouveau livre, [SC: 27.9], Ikusager Ediciones, S.A., 2008. 736 pág. Medidas: 228 x 147 mm. Cartoné cosido a hilo. Cinta de lectura. Traducción de Vicente Blasco Ibáñ… Más…

[EAN: 9788489213074], Nouveau livre, [SC: 27.9], Ikusager Ediciones, S.A., 2008. 736 pág. Medidas: 228 x 147 mm. Cartoné cosido a hilo. Cinta de lectura. Traducción de Vicente Blasco Ibáñez (revisada y con la recuperación de pasajes censurados). Ilustraciones capitulares y a página completa de Daniel Urrabieta Vierge. La visión más auténtica de la Revolución Francesa oculta para el lector español durante más de un siglo. Tomo II: "Los verdugos le querían atar las manos. El rey se resistió. Parecían pedir auxilio. El rey miró a su confesor, pidiéndole consejo. Este se quedó mudo de horror y de espanto. Finalmente pudo decirle: “Señor, este último ultraje hace que sea mayor el parecido entre vuestra majestad y Jesucristo”. El rey elevó su mirada al cielo y dijo: “Haced lo que queráis, beberé el cáliz hasta los posos”. Los escalones del patíbulo estaban extremadamente empinados. Apoyado el rey en el cura llegó a la última grada y corrió como si quisiera escaparse de su confesor, hacia el otro extremo. Luis XVI estaba rojo, como congestionado. Los tambores cesaron un momento y el rey extendió su mirada sobre la muchedumbre. Algunas voces gritaron a los verdugos: “¡Cumplid con vuestro deber!”. Cuatro hombres se apoderaron de él y le sujetaron las manos por detrás fuertemente; el rey lanzó un grito terrible. El cuerpo del rey, colocado en una gran cesta, fue conducido al cementerio de la Madeleine y arrojado en la cal".<

2008, ISBN: 8489213070

[EAN: 9788489213074], Livro novo, [SC: 16.98], Ikusager Ediciones, S.A., 2008. 736 pág. Medidas: 228 x 147 mm. Cartoné cosido a hilo. Cinta de lectura. Traducción de Vicente Blasco Ibáñez… Más…

[EAN: 9788489213074], Livro novo, [SC: 16.98], Ikusager Ediciones, S.A., 2008. 736 pág. Medidas: 228 x 147 mm. Cartoné cosido a hilo. Cinta de lectura. Traducción de Vicente Blasco Ibáñez (revisada y con la recuperación de pasajes censurados). Ilustraciones capitulares y a página completa de Daniel Urrabieta Vierge. La visión más auténtica de la Revolución Francesa oculta para el lector español durante más de un siglo. Tomo II: "Los verdugos le querían atar las manos. El rey se resistió. Parecían pedir auxilio. El rey miró a su confesor, pidiéndole consejo. Este se quedó mudo de horror y de espanto. Finalmente pudo decirle: “Señor, este último ultraje hace que sea mayor el parecido entre vuestra majestad y Jesucristo”. El rey elevó su mirada al cielo y dijo: “Haced lo que queráis, beberé el cáliz hasta los posos”. Los escalones del patíbulo estaban extremadamente empinados. Apoyado el rey en el cura llegó a la última grada y corrió como si quisiera escaparse de su confesor, hacia el otro extremo. Luis XVI estaba rojo, como congestionado. Los tambores cesaron un momento y el rey extendió su mirada sobre la muchedumbre. Algunas voces gritaron a los verdugos: “¡Cumplid con vuestro deber!”. Cuatro hombres se apoderaron de él y le sujetaron las manos por detrás fuertemente; el rey lanzó un grito terrible. El cuerpo del rey, colocado en una gran cesta, fue conducido al cementerio de la Madeleine y arrojado en la cal".<

2008, ISBN: 8489213070

[EAN: 9788489213074], Libro nuevo, [SC: 7.0], Ikusager Ediciones, S.A., 2008. 736 pág. Medidas: 228 x 147 mm. Cartoné cosido a hilo. Cinta de lectura. Traducción de Vicente Blasco Ibáñez … Más…

[EAN: 9788489213074], Libro nuevo, [SC: 7.0], Ikusager Ediciones, S.A., 2008. 736 pág. Medidas: 228 x 147 mm. Cartoné cosido a hilo. Cinta de lectura. Traducción de Vicente Blasco Ibáñez (revisada y con la recuperación de pasajes censurados). Ilustraciones capitulares y a página completa de Daniel Urrabieta Vierge. La visión más auténtica de la Revolución Francesa oculta para el lector español durante más de un siglo. Tomo II: "Los verdugos le querían atar las manos. El rey se resistió. Parecían pedir auxilio. El rey miró a su confesor, pidiéndole consejo. Este se quedó mudo de horror y de espanto. Finalmente pudo decirle: “Señor, este último ultraje hace que sea mayor el parecido entre vuestra majestad y Jesucristo”. El rey elevó su mirada al cielo y dijo: “Haced lo que queráis, beberé el cáliz hasta los posos”. Los escalones del patíbulo estaban extremadamente empinados. Apoyado el rey en el cura llegó a la última grada y corrió como si quisiera escaparse de su confesor, hacia el otro extremo. Luis XVI estaba rojo, como congestionado. Los tambores cesaron un momento y el rey extendió su mirada sobre la muchedumbre. Algunas voces gritaron a los verdugos: “¡Cumplid con vuestro deber!”. Cuatro hombres se apoderaron de él y le sujetaron las manos por detrás fuertemente; el rey lanzó un grito terrible. El cuerpo del rey, colocado en una gran cesta, fue conducido al cementerio de la Madeleine y arrojado en la cal".<

2008, ISBN: 8489213070

[EAN: 9788489213074], New book, Ikusager Ediciones, S.A., 2008. 736 pág. Medidas: 228 x 147 mm. Cartoné cosido a hilo. Cinta de lectura. Traducción de Vicente Blasco Ibáñez (revisada y co… Más…

[EAN: 9788489213074], New book, Ikusager Ediciones, S.A., 2008. 736 pág. Medidas: 228 x 147 mm. Cartoné cosido a hilo. Cinta de lectura. Traducción de Vicente Blasco Ibáñez (revisada y con la recuperación de pasajes censurados). Ilustraciones capitulares y a página completa de Daniel Urrabieta Vierge. La visión más auténtica de la Revolución Francesa oculta para el lector español durante más de un siglo. Tomo II: "Los verdugos le querían atar las manos. El rey se resistió. Parecían pedir auxilio. El rey miró a su confesor, pidiéndole consejo. Este se quedó mudo de horror y de espanto. Finalmente pudo decirle: “Señor, este último ultraje hace que sea mayor el parecido entre vuestra majestad y Jesucristo”. El rey elevó su mirada al cielo y dijo: “Haced lo que queráis, beberé el cáliz hasta los posos”. Los escalones del patíbulo estaban extremadamente empinados. Apoyado el rey en el cura llegó a la última grada y corrió como si quisiera escaparse de su confesor, hacia el otro extremo. Luis XVI estaba rojo, como congestionado. Los tambores cesaron un momento y el rey extendió su mirada sobre la muchedumbre. Algunas voces gritaron a los verdugos: “¡Cumplid con vuestro deber!”. Cuatro hombres se apoderaron de él y le sujetaron las manos por detrás fuertemente; el rey lanzó un grito terrible. El cuerpo del rey, colocado en una gran cesta, fue conducido al cementerio de la Madeleine y arrojado en la cal".<

2008, ISBN: 8489213070

[EAN: 9788489213074], Neubuch, Ikusager Ediciones, S.A., 2008. 736 pág. Medidas: 228 x 147 mm. Cartoné cosido a hilo. Cinta de lectura. Traducción de Vicente Blasco Ibáñez (revisada y con… Más…

[EAN: 9788489213074], Neubuch, Ikusager Ediciones, S.A., 2008. 736 pág. Medidas: 228 x 147 mm. Cartoné cosido a hilo. Cinta de lectura. Traducción de Vicente Blasco Ibáñez (revisada y con la recuperación de pasajes censurados). Ilustraciones capitulares y a página completa de Daniel Urrabieta Vierge. La visión más auténtica de la Revolución Francesa oculta para el lector español durante más de un siglo. Tomo II: "Los verdugos le querían atar las manos. El rey se resistió. Parecían pedir auxilio. El rey miró a su confesor, pidiéndole consejo. Este se quedó mudo de horror y de espanto. Finalmente pudo decirle: “Señor, este último ultraje hace que sea mayor el parecido entre vuestra majestad y Jesucristo”. El rey elevó su mirada al cielo y dijo: “Haced lo que queráis, beberé el cáliz hasta los posos”. Los escalones del patíbulo estaban extremadamente empinados. Apoyado el rey en el cura llegó a la última grada y corrió como si quisiera escaparse de su confesor, hacia el otro extremo. Luis XVI estaba rojo, como congestionado. Los tambores cesaron un momento y el rey extendió su mirada sobre la muchedumbre. Algunas voces gritaron a los verdugos: “¡Cumplid con vuestro deber!”. Cuatro hombres se apoderaron de él y le sujetaron las manos por detrás fuertemente; el rey lanzó un grito terrible. El cuerpo del rey, colocado en una gran cesta, fue conducido al cementerio de la Madeleine y arrojado en la cal".<